Tricotilomanía

tricotilomanía

La tricotilomanía es un trastorno psicológico caracterizado por comportamientos repetitivos en el cuerpo (arrancarse el cabello) que pueden parecer intencionados, pero no lo son. Es un comportamiento dañino limitado a arrancarse el propio cabello, más habitualmente del cuero cabelludo, las cejas o las pestañas. El comportamiento se presenta como «sesiones» que pueden durar horas. Es más probable que ocurra durante un período de relajación o distracción. La tricotilomanía puede aparecer durante la pubertad o más tarde.

¿A quién afecta este trastorno?

Según datos de la American Psychiatric Association, la prevalencia anual de tricotilomanía en la población general en adultos y adolescentes oscila entre el 1% y el 2%.

El 90% de las personas que la padecen son mujeres. Sin embargo, hay hipótesis que avalan que este problema podría ser igual de frecuente en hombres que en mujeres. En cambio son estas las que buscan más a menudo asistencia médica, ya que la alopecia en los hombres está más aceptada socialmente. Es decir, las diferencias en la prevalencia podrían reflejar diferencias en la búsqueda de tratamiento según el género. De hecho, ambos sexos están representados por igual en los niños con tricotilomanía.

¿Qué es la tricotilomanía?

Se caracteriza por tirones recurrentes del pelo que dan lugar a una pérdida de cabellos y a repetidos intentos para disminuir o cesar dichos tirones. La conducta repetitiva centrada en el cuerpo no es provocada por obsesiones o preocupaciones. Sin embargo, pueden ser precedidas o acompañadas de diversos estados emocionales, como sentimientos de ansiedad o aburrimiento.

También pueden ir precedidas de una creciente sensación de tensión o pueden conducir a la gratificación, el placer o sensaciones de alivio cuando el pelo se arranca. Las personas con este trastorno pueden tener distintos grados de conocimiento consciente de su comportamiento. Mientras que algunos individuos participan en el mismo mostrando una atención más centrada en el comportamiento (Por la tensión que precede y subsiguiente alivio). Otros exhiben un comportamiento más automático (Los comportamientos parecen ocurrir sin conciencia plena).

Las personas que la padecen pueden tratar de ocultar o camuflar la pérdida de pelo (p. ej., mediante el uso de maquillaje, bufandas o pelucas). Para tratar de paliar los efectos negativos que pueden experimentar. Como por ejemplo un sentimiento de pérdida de control, molestia y vergüenza. El deterioro significativo puede ocurrir en las diferentes áreas del funcionamiento (p. ej., social, laboral, académico y de ocio). Esto en parte es debido a la evitación del trabajo, la escuela u otras situaciones públicas.

Tipos de tricotilomanía:

Se distinguen varios tipos:

  • Comienzo temprano: Empieza antes de los ocho años y suele corregirse solo; pero hay que revisar como va evolucionando. Este puede que continúe en la edad adulta. Un buen momento para ello es a los 13 años.
  • Automático: Se da sin conciencia de lo que se está haciendo, mientras se está concentrado en otras actividades, como pensar, estudiar, viendo TV etc. Afecta a ¾ de las personas con tricotilomanía.
  • Consciente: La persona se concentra en lo que está haciendo y no lo puede evitar. Corresponde a ¼ de los afectados.

El proceso de arrancarse el cabello puede implicar diversos grados de conciencia. Algunas personas muestran más interés a la hora de tirar del pelo (tirar primero del pelo y desenredarlo después). Y otras tienen un comportamiento más automático (tirarse del pelo sin ser plenamente consciente de ello). Muchas personas reportan una combinación de los dos patrones de comportamiento.

Para el tipo automático el tratamiento más eficaz es la reversión de hábito. Pero para el consciente son necesarias otras aproximaciones como la terapia de aceptación y compromiso.

Síntomas de la tricotilomanía:

Algunos síntomas son los siguientes:

  • Arrancarse el cabello repetidamente, a menudo hasta que se produce la pérdida de cabello en las áreas afectadas.
  • Sentir tensión o ansiedad antes de arrancarse el cabello o al intentar resistir el impulso de hacerlo.
  • Sentir placer, alivio o gratificación al arrancarse el cabello.
  • Experimentar vergüenza, culpa o arrepentimiento después de arrancarse el cabello.
  • Desarrollar rituales o hábitos relacionados con el arranque del cabello, como buscar pelos específicos o arrancarlos de ciertas áreas del cuerpo.

Arrancarse el pelo:

El acto de arrancarse el pelo puede afectar a cualquier región del cuerpo en la que crezca pelo; las localizaciones más frecuentes son el cuero cabelludo, las cejas y los párpados, mientras que los sitios menos comunes son el vello axilar, el facial, el púbico y el de las regiones perirrectales. Es posible que los sitios donde se producen los tirones de pelo varíen con el tiempo. El acto de arrancarse el pelo puede aparecer en forma de episodios breves repartidos durante todo el día o en períodos menos frecuentes pero más sostenidos, de horas de duración, y tales tirones de pelo pueden durar meses o años.

Arrancarse el pelo puede ir acompañado de una serie de comportamientos o de rituales:

Buscar un tipo específico de pelo para tirar (p. ej., los pelos con una textura específica o color). Extraer el pelo de una manera específica (p. ej., de manera que la raíz salga intacta). O pueden examinarlo visualmente o al tacto, o por vía oral y manipular el pelo después de haberlo arrancado (p. ej., haciendo rodar el cabello entre los dedos, tirar del cabello con los dientes. Morder el pelo en trozos o tragarse el pelo).

El acto de arrancarse el pelo también puede ir precedido o acompañado de diferentes estados emocionales. De este modo, puede provocarse por sentimientos de ansiedad o aburrimiento, puede estar precedido de un creciente sentimiento de tensión (ya sea inmediatamente antes de sacar el pelo o cuando se intenta resistir el impulso a arrancárselo). O puede conducir a la gratificación, al placer o a una sensación de alivio una vez se ha arrancado el pelo.

Los patrones de pérdida de cabello son muy variables

Fueron más frecuentes las zonas de pérdida completa del cabello, así como las zonas con menor densidad capilar. Cuando afecta el cuero cabelludo, puede haber una tendencia a la caída del cabello en la zona del ápice o la coronilla. Puede haber un patrón casi completo de calvicie excepto por una circunferencia estrecha alrededor del borde exterior del cuero cabelludo, particularmente en la parte posterior del cuello («amigdalectomía»). Puede haber una ausencia total de cejas y pestañas.

La tricotilomanía no suele darse en presencia de otras personas, salvo en el caso de familiares muy cercanos. Algunas personas tienen el deseo de arrancarles el cabello a otras personas y pueden tratar de buscar oportunidades para hacerlo de manera maliciosa. Otras personas pueden arrancar pelos de mascotas, pelos de muñecas y otros materiales fibrosos (por ejemplo, chaquetas o alfombras). Algunas personas pueden negar a otras que se están tirando del pelo. La mayoría de las personas con este trastorno exhiben uno o más comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo, como chuparse la piel, morderse las uñas y morderse los labios. 

¿Cuáles son las causas de la tricotilomanía?

Aunque no se sabe a ciencia cierta qué provoca el impulso irrefrenable de arrancarse el pelo, algunas teorías apuntan a que existen estímulos internos y externos como situaciones de cansancio, aburrimiento, sedentarismo, relajación y distracción. Por ejemplo, el impulso puede aparecer al trabajar con el ordenador, ver la televisión, leer un libro, hablar por teléfono, estudiar, tumbarse o sentarse en el sofá, mirarse al espejo, etc.

Otras hipótesis sugieren que arrancarse el cabello es una manera de regular la ansiedad y la tensión crecientes en situaciones de estrés. No obstante, como veremos a continuación, no todas las personas con tricotilomanía padecen esta tensión.

Consecuencias funcionales de la tricotilomanía:

La tricotilomanía se asocia con angustia, así como con discapacidad social y ocupacional. Puede haber un daño irreversible en el crecimiento del pelo y en la calidad del mismo. Las consecuencias médicas de este trastorno son infrecuentes: púrpura, lesiones musculoesqueléticas (p. ej., síndrome del túnel carpiano, dolor de espalda, hombro y cuello), blefaritis y daño dental (p. ej., dientes desgastados o rotos debidos a morder el vello). La ingestión de pelo (tricofagia) puede llevar a tricobezoares, con la consiguiente anemia, dolor abdominal, hematemesis, náuseas y vómitos, obstrucción intestinal e incluso perforación.

Tratamiento de la tricotilomanía:

De los tratamientos conductuales, la inversión del hábito es el método más efectivo.

La idea general de revertir los hábitos es crear un comportamiento incompatible con la tricotilomanía para que cuando seas consciente de lo que estás haciendo. Lo hagas para evitarlo.

Después de un análisis funcional del trastorno del ritmo cardíaco, el tratamiento se lleva a cabo de acuerdo con los siguientes pasos:
  • Comienza con un análisis funcional de la conducta problemática, definiendo la cognición en que consiste, las situaciones que la provocan. La cognición que la acompaña, las emociones a evitar, etc. Como resultado, se determinan los objetivos del tratamiento.
  • El impulso del cambio radica en los valores del paciente que se logran a través de la terapia de aceptación y compromiso. Para ello se determinan los deseos, valores y metas del paciente. 
  • Conciencia. El hábito es en gran medida automático y, por lo tanto, debe hacerse conscientemente para tomar medidas y revertirlo. Los ejercicios de mindfulness que ofrece la Terapia de Aceptación y Compromiso son fundamentales en esta etapa. Ya sea tanto para reconocer cuándo tirar de los pelos, como para reconocer los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones asociadas a esta conducta.
  • Respuesta competitiva: comportamiento inusual que se aplica de manera preventiva y correctiva. El comportamiento incongruente es juntar las manos para que no se pueda jalar el cabello con las manos. Complementa este comportamiento incompatible aceptando los sentimientos y emociones que acompañan al impulso de tirar del cabello.
  • Detección de actitudes y comportamientos que provocan arritmia. Una vez identificado, el paciente se expone a ello para practicar dando una respuesta competente.
  • Relájate y acepta tus sentimientos. Se utilizan para manejar respuestas emocionales que normalmente ocurrirían de otra manera.
  • Realidad de hecho y ficción. Para ello, comienza con la inducción en sesiones similares a las que provocan la arritmia. Si es posible, y la implicación del paciente en el proceso que se ha propuesto hasta el momento.
  • Haz lo que se evita. Después de la terapia de aceptación y compromiso. Aceptar las imágenes sociales y las autopercepciones como contexto es un paso fundamental para llevar a cabo este afrontamiento.
  • Registre el progreso para aumentar la motivación.
  • Trabaja en la recaída.

La terapia cognitiva conductual para la tricotilomanía:

La terapia cognitivo-conductual (TCC) para este trastorno se enfoca en abordar los pensamientos y comportamientos subyacentes que pueden contribuir al trastorno.

Durante la terapia, el terapeuta ayuda al paciente a identificar los patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar contribuyendo a la tricotilomanía. Luego, se trabaja en desarrollar habilidades para desafiar y cambiar estos patrones. La terapia también puede incluir técnicas de relajación y gestión del estrés para ayudar al paciente a controlar los impulsos de arrancarse el cabello.

Además, la TCC para la tricotilomanía puede incluir la exposición y prevención de respuesta, una técnica que implica exponer al paciente a situaciones que pueden desencadenar el impulso de arrancarse el cabello. Pero sin permitir que el paciente se entregue a ese comportamiento. A través de la exposición y prevención de respuesta. El paciente puede aprender a controlar el impulso de arrancarse el cabello y desarrollar alternativas saludables para manejar el estrés y la ansiedad.

El tratamiento farmacológico para la tricotilomanía:

El tratamiento farmacológico puede ser una opción para el tratamiento de la tricotilomanía, un trastorno de ansiedad caracterizado por el impulso irresistible de arrancarse el cabello. Si bien no hay un medicamento específico aprobado para tratar la tricotilomanía. Hay algunos medicamentos que han demostrado ser efectivos en el tratamiento de trastornos relacionados con la ansiedad. Como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antipsicóticos atípicos.

Los ISRS, como la fluoxetina y la sertralina, han demostrado ser efectivos en el tratamiento de trastornos de ansiedad. Como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), que comparte características similares con la tricotilomanía. Los ISRS pueden ayudar a reducir la ansiedad y los pensamientos obsesivos. Lo que puede reducir el impulso de arrancarse el cabello en pacientes con tricotilomanía.

Los antipsicóticos atípicos, como la risperidona y la olanzapina, también se han utilizado en el tratamiento de la tricotilomanía. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la ansiedad y los pensamientos obsesivos. Y pueden tener efectos sedantes que pueden ayudar a reducir el impulso de arrancarse el cabello.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el tratamiento farmacológico debe ser utilizado junto con la terapia conductual y cognitiva para abordar los patrones de pensamiento y comportamiento subyacentes que contribuyen a la tricotilomanía. Además, el tratamiento farmacológico puede tener efectos secundarios y debe ser supervisado de cerca por un profesional de la salud.

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