Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostando por la resiliencia.
A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, la muerte de un ser querido, problemas económicos, etc.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad de afrontar situaciones muy difíciles y volver a la normalidad. Incluso, a veces, con más éxito que las personas que no han sufrido ningún acontecimiento estresante. La persona resiliente destaca por superar un trauma sin quedar con secuelas que la perjudiquen al cabo de los años.
La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. Las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir. Sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollarse al máximo.
John Bowlby fue el primer autor que empleó el concepto resiliencia. Este autor fue el creador de la teoría del apego. Unos años más tarde Boris Cyrulnik, psicoanalista, psiquiatra y neurólogo utilizó el término resiliencia en el campo de la psicología.
Además, podemos definir la resiliencia como algo que todos podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida. Hay que destacar que la resiliencia no es una cualidad innata y no está en nuestros genes. En cambio, sí puede existir una tendencia genética que puede predisponer tener una buena actitud.
Hay personas que son más resilientes que otras porque han tenido en sus padres o en su entorno cercano un modelo de resiliencia a seguir. Mientras que otras personas han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
La resiliencia se manifiesta en individuos que a pesar de haber vivido una situación traumática, encuentran la forma de superar la situación.
¿Qué caracteriza a una persona resiliente?
Las personas resilientes practican diferentes hábitos y rutinas. Entre estos hábitos destacan:
→Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es primordial para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos.
→Son personas creativas. Poseen una alta capacidad de resiliencia, son conscientes de todo lo que les ocurre en la vida.
→Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer.
→Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer.
→Practican el mindfulness. Las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tener una gran capacidad de aceptación. Además, son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho.
→Ven la vida de forma objetiva y de forma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas. Además, disfrutan de las pequeñas cosas que les ofrece la vida.
→Se rodean de personas que tienen una actitud positiva.
→Son personas flexibles ante los cambios. No se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
→Son personas tenaces en sus propósitos.
→Afrontan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad.
→ Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social y emocional cuando lo necesitan.
¿Cómo podemos ser más resilientes?
Como hemos visto anteriormente, la resiliencia no es algo que tengamos algunas personas y otras no. Es decir, es un conjunto de habilidades y actitudes que podemos llegar a desarrollar.
Algunos consejos para poder ser más resilientes son:
- Establecer relaciones sociales. Ya hemos mencionado que el apoyo social y emocional es primordial para que seamos más resilientes. Tener buenas relaciones con los demás, dejarnos ayudar y ayudar a los demás.
- Tener un pensamiento realista y constructivo. No podemos evitar que ocurran situaciones amenazantes, pero sí que podemos cambiar la manera de interpretarlos y afrontarlos. Tenemos que intentar visualizar los problemas como retos a superar.
- Aceptar la realidad y aceptar los cambios en la vida.
- Confiar en uno mismo, no podemos saber lo que podemos dar de nosotros hasta que no lo intentamos. Tenemos que confiar en nosotros mismos y afrontar el problema.
- Es importante proponerse metas y objetivos.
- Hay que buscar oportunidades para descubrirte a ti mismo. Muchas veces tras superar un problema de la vida experimentamos un desarrollo personal. Todo esto, nos ayuda a crecer de forma personal.
La resiliencia en los niños
Cuando se habla de resiliencia infantil, se trata de la capacidad de los niños a sobreponerse a situaciones traumáticas. Como por ejemplo, a los malos tratos en los primeros años de su vida.
Si queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza y con seguridad es importante construir un apego seguro en la infancia. Puesto que así podrán desarrollar la capacidad de ser resilientes.
No hay que sobreprotegerlos, simplemente tienen que caer en el camino de su vida para poder desarrollar el crecimiento y así poder seguir. Esto no quiere decir que se les ponga en situaciones de peligro o ambientes perjudiciales para ellos.
Enseñar a los niños a relativizar y a ver los errores que cometen es muy importante para que se puedan afrontar a cualquier contratiempo que surja. Los contratiempos hay que verlos como una oportunidad para aprender y mejorar la resiliencia. Esto les dará confianza y autoestima para afrontar la adversidad y poder superarla.
Tipos de resiliencia infantil
→ La resiliencia primaria, la otorgan los primeros cuidadores, son el fundamento seguro para el crecimiento y el desarrollo personal del niño. Por ello, la resiliencia infantil está muy relacionada con la crianza con apego seguro.
→ La resiliencia secundaria, es la que se puede desarrollar después de la primaria. El hecho de que el niño carezca de buenos tratos durante sus primeros años no lo condena a la inadaptación. Una familia, amigos y un entorno seguro además de diversas experiencias que pueda tener el niño como hacer un deporte. Todo ello le va a ayudar a construirse y desarrollarse de forma personal, superando algún tipo de problema que aparezca a lo largo de su vida.
¿La resiliencia es algo que uno nace con o se puede aprender?
Se cree que la resiliencia es una combinación de factores innatos y adquiridos a lo largo de la vida, y se puede mejorar y desarrollar.
¿La resiliencia es lo mismo que la fortaleza mental?
La resiliencia y la fortaleza mental son similares en que ambas permiten a las personas enfrentar y superar desafíos, pero la resiliencia se enfoca específicamente en la capacidad de recuperación.
¿Cómo afecta la resiliencia el estrés y la ansiedad?
La resiliencia puede ayudar a manejar el estrés y la ansiedad al permitir a las personas enfrentar y superar desafíos de manera efectiva.
¿Cómo puede la resiliencia ser útil en situaciones difíciles o de adversidad?
La resiliencia puede ser útil en situaciones difíciles o de adversidad al permitir a las personas enfrentar y superar desafíos de manera efectiva, y mejorar su bienestar emocional y psicológico a largo plazo.