Las adicciones son patologías crónicas de tipo recurrente. Se caracterizan por una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a través del uso de una sustancia o de la realización de ciertas conductas.
Implican una incapacidad de controlar la propia conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseos imperiosos de consumir determinada sustancia o de realizar determinados actos, además de una elevada ansiedad.
Como resultado de ello, se produce una disminución en la calidad de vida de la persona que la sufre. Las adicciones también generan problemas en el trabajo, en las actividades académicas, en las relaciones sociales y/o en las relaciones familiares o de pareja.
Se definen dos tipos básicos de adicción: adicción a sustancias y adicción sin sustancias. Todas comparten el mismo proceso de evolución psicopatológico y una sintomatología característica.
La adicción más frecuente es la relacionada con el abuso de sustancias (abuso de drogas), pero las consecuencias tienen un impacto parecido a cuando se abusa de la realización de algunos comportamientos, como el uso de Internet, el sexo, el ejercicio, los juegos de azar, las compras u otros comportamientos compulsivos, se convierten en obsesión y alteran la vida de los sujetos afectados.
La adicción a sustancias se considera una enfermedad del cerebro dado que las drogas modifican su estructura y funcionamiento. Estos cambios en el cerebro pueden ser, en algunos casos, irreversibles, y pueden conducir a comportamientos peligrosos.
La adicción a sustancias se genera tanto en relación a drogas de adquisición legal (alcohol, tabaco, fármacos) como de adquisición ilegal (cannabis, cocaína, etc)
La neurociencia actualmente considera que las adicciones con y sin sustancia comparten las mismas bases neurobiológicas.
Las adicciones sin sustancia son aquellas que se caracterizan por la necesidad irrefrenable de realizar ciertas conductas de forma compulsiva. En este terreno las adicciones a las nuevas tecnologías son las más destacadas. Internet, los teléfonos móviles, las redes sociales e incluso los videojuegos han contribuido a la aparición de nuevas adicciones en la última década,
Los adolescentes son los más susceptibles a desarrollar estos tipos de adicciones, por ello resulta clave la prevención y actuación en esta etapa de la vida tanto desde los centros escolares, como desde sus propias casas.
Síntomas
- Cambios en el ámbito social. Observar las relaciones sociales de nuestros hijos así como sus nuevas amistades.
- Gastos. Si surgen gastos que antes no realizaban.
- Pérdida de dinero en casa. Si perdemos el dinero de forma reiterada.
- Cambio de hábitos. También cambio de horarios.
- Mentiras frecuentes. Si presenta inconsistencias al preguntarle con quién estaba o qué estaba haciendo.
- Cambio de estado de ánimo. Es la señal más importante a considerar.
- Descuido de limpieza personal. Acompañada de desmotivación.
- Bajo rendimiento escolar. Esta es una señal de alerta clave.
Las adicciones deben tratarse acudiendo a terapia lo antes posible.
Adicción y TOC
El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) es esa obsesión que tenemos a realizar ciertas cosas, es decir, son patrones que realizamos constante y repetitivamente incluso a veces sin darnos cuenta. No es lo mismo TOC que adicción, en la adicción buscamos nuestro “bien” a pesar de saber que va a perjudicar nuestra salud. El TOC son las acciones dichas anteriormente que las repetimos por ciertas sensaciones de temor, inseguridad, etc.
Tipos de adicciones
Si bien hay muchos tipos de adicciones, todas tienen algo en común, hacernos creer que nos sentimos bien, de una forma u otra tienen la misma finalidad.
- Adicciones de conducta: El juego, sexo, internet, videojuegos, trabajo, religiones, sectas, relaciones, compras, etc.
- Adicciones de ingestión química: Cocaína, heroína, éxtasis, nicotina, opio, marihuana, alcohol, etc.
También dentro de las “adicciones de ingestión” está la comida: Anorexia, bulimia, comer compulsivamente, etc.
Como hemos visto hay dos tipos de adicciones, las de conducta que son las relacionadas con el comportamiento de la persona, y las adicciones de ingestión (la de sustancias químicas y las de la comida) que son las que la persona ingiere.
Salvo algunas excepciones (juego, compras, etc.), las adicciones de conducta no suelen relacionarse con dinero, cosa que las de ingerir químicos sí, de hecho cuando el dinero no alcanza para seguir consumiendo pueden pasar dos cosas, que el adicto deje de tomar porque no tiene dinero, o que éste haga lo necesario para continuar consumiendo, aunque eso le implique robar, mentir, pedir dinero, etc.
Adicciones comunes en los adolescentes
La adolescencia es una etapa donde casi todo nos parece mal, lo que significa que somos más propensos a desarrollar adicciones. En esta sección te comentamos las adicciones más habituales en los adolescentes, más abajo tienes el desarrollo más completo de adicciones como el teléfono o las bebidas energéticas.
Lo primero que se nos ocurre sobre este tema son los teléfonos móviles, y si, es cierto que la mayoría están adictos a estos aparatos, pero realmente no todos dependen del teléfono, simplemente están mucho tiempo con él pero son independientes en verdad.
Un problema que sí es muy común en estos chicos y chicas es el consumo de alcohol y drogas. Si para un adulto ya es gravemente dañino para su salud, imagínate un menor. Es muy importante que socialice claro que sí, pero eso no quiere decir cada fin de semana acabar bebiendo más de la cuenta y emborracharte, esto lo único que hace es desarrollar un consumo habitual de alcohol, lo que es claramente malo, no hace falta explicar las consecuencias de ser alcohólico.
Lo mismo sucede con las drogas, que también suelen aparecer en las fiestas. Pero también conviene ver a los menores que se sientan solitarios, no solo en las fiestas se consume droga, si el menor pasa por una etapa difícil de su vida, puede llegar a ser drogadicto. Por eso es muy importante darle la atención suficiente y de la manera correcta, si no, puede llegar a tener este tipo de adicciones, o incluso al juego (ludopatía).
Adicción a las bebidas energéticas
Las bebidas energéticas no contienen alcohol, pero son ricas en cafeína, taurina, L-carnitina, guaraná y vitaminas del grupo B, que suelen estar claramente etiquetadas en el envase. La gente las suele tomar ya que evita la fatiga y te mantiene despierto, también son muchos las que la toman para el deporte.
Pero no todo es bonito, también tiene sus consecuencias y esas son el motivo por la que no debes estar adicto:
- Estas bebidas contienen mucha cafeína, lo que provoca insomnio, mayor ansiedad, nerviosismo, etc.
- Consumir muchas habitualmente produce un exceso de vitaminas, la hipervitaminosis.
- Las que no son “cero” contienen altas cantidades de azúcares.
- El consumo de estas bebidas produce sobrepeso y obesidad, aparte de hipertensión.
Cómo detectar la adicción a las bebidas energéticas:
- Tener la necesidad de consumir en todo momento dicha bebida incluso a horas que no son normales.
- Sentirse nervioso e irritado si no se consume la bebida.
- Cada vez se toma más cantidad/dosis.
Adicción a las redes sociales/teléfono
Como bien te explicamos en un anterior artículo sobre las adicciones al teléfono móvil esta adicción se llama nomofobia, se suele desarrollar en personas que les cuesta hablar con los demás o no están pasando por un momento muy agradable en su vida.
Hoy en día es muy común utilizar bastante los dispositivos móviles, pero un abuso de estos puede llegar a provocar graves consecuencias, como: ansiedad, insomnio, dependencia al teléfono, mentiras, cambios graves en el horario habitual, aislamiento del entorno, y un gran etc.
En resumen, la nomofobia te hace dependiente del teléfono, por lo que si éste falla o se rompe pues no podrás vivir sin él y necesitarás otro. Esto conlleva al aislamiento social, es verdad que a través de la red conoces gente, pero el ser humano necesita salir afuera de su casa y socializar, no estar todo el día encerrado comunicándote por mensaje o llamadas.
El tratamiento de las adicciones
Tratamiento a las adicciones de ingerir químicos:
Lo más habitual es empezar por una desintoxicación, aunque no tiene por qué, todo depende del estado de la persona y del médico si lo ve conveniente. Este proceso se puede realizar en la casa del paciente (mediante supervisión de un familiar y siguiendo las indicaciones del médico) o en un centro hospitalario. Esta fase es por medio de medicamentos, los cuales son recetados.
Luego está la deshabituación, donde se cambia los hábitos de la persona, así como comportamientos y conductas que le han llevado a la caída de las drogas u otros. También se le enseñan a la víctima como controlar la impulsividad, la ansiedad, y una serie de estrategias para prevenir la recaída.
Continuamos con la rehabilitación, seguro que todos alguna vez hemos oído hablar de ella, consiste en cambiar los comportamientos afectados en la fase de la adicción, tanto en la vida social como en la familiar, y poner en práctica esas estrategias comentadas en la deshabituación.
Por último está la reinserción, que es la incorporación del paciente en su vida normal, sabiendo que tiene bajas probabilidades de recaer en la adicción.
Tratamiento a las adicciones de conducta:
En este tratamiento depende de la situación del paciente y de su adicción, por eso habrá que buscar un método eficaz. En este tratamiento es habitual que haya una terapia de conducta y otra de uso de medicamentos. Primero como en el caso de los elementos químicos, se empieza por una desintoxicación, luego entraría el tratamiento psicológico, y por último, los medicamentos.
Medidas de prevención contra las adicciones
Las adicciones por supuesto se pueden prevenir, pero en esto de normal no se suele pensar ya que no creemos que nuestros hijos vayan acabar adictos, por eso si ya has vivido la experiencia o crees que tú hijo/hija es adicto/a, entonces será mejor que mires las siguientes prevenciones:
- Integración familiar en un ambiente de comunicación, respeto y confianza.
- Establecer vínculos afectivos y de convivencia positiva con la familia, grupo de amigos, vecinos, profesores, etc.
- Reconocer los logros, destrezas y habilidades individuales de nuestros hijos e hijas.
- Crear el hábito de estudiar, leer y participar en actividades extraescolares.
Lo mejor para prevenir este tipo de cosas es fortaleciendo el autoestima de los menores, desde mostrándoles respeto y cariño, hasta enseñándoles que tienen que tener confianza en sí mismo y que no se tienen que comparar con nadie.