La ira

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¿Qué es la ira?

La ira o el enfado es una reacción emocional que aparece cuando una persona considera que existe o aparece un resultado negativo para sus intereses. Además, la persona piensa que este resultado se podría haber evitado si se hubieran tenido en cuenta y se hubiera actuado de otra forma.


Cuando sentimos ira se debe a una respuesta emocional que se caracteriza por una activación fisiológica. Esta respuesta del organismo va acompañada por sentimientos de ira. Se trata de una reacción básica para la supervivencia ante otras personas de nuestro grupo social. Se suele definir como un sentimiento negativo como la rabia, la furia, etc. No obstante, si las personas se enfadan con facilidad pueden aparecer ataques de ira.

¿Qué es un ataque de ira?

En una explosión de ira la persona reacciona ante la injusticia u ofensa percibida de manera repentina y con conductas agresivas. Esta violencia se suele manifestar gritando, insultando, golpeando, incluso agrediendo a personas que no están implicadas.


Las personas se suelen enfurecer con su entorno más cercano como son la familia, los amigos, la pareja, los compañeros de trabajo, etc. Estos ataques pueden conllevar consecuencias desagradables y perjudiciales puesto que causan un daño, tanto físico como emocional. Además esta emoción puede afectar en otros aspectos como, la vida laboral, las relaciones personales, etc.


En muchas ocasiones, debido a un ataque de ira se han producido accidentes indeseados y esto han llevado a tener problemas con las autoridades o de tipo legal.

Causas de la ira

La ira puede surgir como consecuencia de un estado de miedo, inseguridad, desconfianza, envidia, etc. Además, aparece cuando no somos capaces de afrontar una situación determinada, pudiendo así molestarnos la forma de actuar de las personas que nos rodean.


Cabe destacar que, la ira o la agresividad suele aparecer cuando percibimos la situación como una amenaza. Todo ello provoca temor, frustración, agresividad, agresión física etc.

La ira suele aparecer de un modo automático ante algunas situaciones que nos frenan para lograr nuestra meta. Las emociones no se producen sin razón sino que cuando ocurre algo nuestro organismo se prepara para defendernos.

¿Cuáles son los tipos de ira?

La ira es una de las emociones más fáciles de mostrar, puesto que hay personas que prefieren mostrar su enfado antes que llorar.

Para poder entender mejor este término vamos a explicar los cuatro tipos de ira que existen:


→ Agresivo o destructivo: ocurre cuando la persona se siente intimidada o necesita tener el control sobre otra persona. Necesita sacar su furia agresiva para obtener el máximo control. Este tipo de personas aparentan ser fuertes y poderosas pero su interior es todo lo contrario, puesto que son personas inseguras de sí mismas. Cuando una persona sufre este tipo de ira, llega a provocar tendencias destructivas. Estas personas tienen ciertas dificultades para relacionarse con los demás y su vida está llena de conflictos. A menos que esta persona cambie su forma de ser, entonces la ira que siente arruinará su vida.
→Los berrinches templados: una persona que sufre este tipo de ira puede confundirse o cruzar los límites de una persona que padece el tipo de ira agresiva. Son personas que se caracterizan por tener arrebatos cuando no les salen bien las cosas. Suele ocurrir que la mayoría de estas personas tienen deseos poco realistas y que son inalcanzables o difíciles de cumplir.
Por ello, es difícil encontrar a alguien que pueda estar a su altura en cuanto a las expectativas que tiene esta persona. Como es difícil cumplir con sus estándares, tienen serios problemas en establecer relaciones. Además, tanto su entorno más cercano como su familia suelen tener problemas con este tipo de personas.
→ La molestia: es el tipo más común de ira. Son emociones causadas por la vida cotidiana. Estas personas tienden a centrarse en los aspectos negativos de su vida en vez de en los positivos. Son personas que se molestan fácilmente y se activan sin esfuerzo.
→ La ira justificable: ocurre cuando una persona se enoja por sucesos en el mundo que considera injustos, como la crueldad hacia los seres vivos.

¿Cuanto dura un ataque de ira?

La duración de un ataque de ira puede variar mucho dependiendo de la persona y la situación. Algunos ataques de ira pueden ser bastante cortos, durando solo unos minutos, mientras que otros pueden durar horas o incluso días.

La duración de un ataque de ira también puede depender de si se encuentra o no una salida para la emoción. Si la persona logra controlar la situación y calmarse, el ataque de ira puede ser más breve. Si la persona se siente atrapada en situaciones frustrantes o estresantes, el ataque de ira puede prolongarse y empeorar.

Es importante señalar que los ataques de ira frecuentes y prolongados pueden ser un signo de un problema subyacente más serio. Como trastornos del estado de ánimo o de la personalidad (Trastorno explosivo intermitente). Si los ataques de ira están afectando negativamente su vida cotidiana, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

¿Cómo detener la ira?

Es difícil controlar este tipo de emociones puesto que aparecen como un impulso en algún momento determinado. Afortunadamente, podemos detener estas emociones siguiendo estos sencillos pasos que nos ayudarán a tener un autocontrol de nosotros mismos.

En primer lugar, hay que emplear ciertas técnicas de relajación para calmar el pánico y la ansiedad.
Este consejo es importante para las personas que no son capaces de controlar sus emociones por sí solas. Lo mejor que pueden hacer es practicar la relajación rítmica, es decir, contar hasta siete y inhalar, sostener y exhalar. Este comportamiento repetitivo ayudará a que el cuerpo se relaje y a controlar los nervios e impulsos.


En segundo lugar, hay que tomar un tiempo hasta que la persona se haya calmado. Cuando ya se ha calmado entablamos una conversación adecuada para solucionar el problema de forma adecuada sin necesidad de lastimar a nadie. Es recomendable que escribas una lista de cosas que te molestan y después que escribas cómo combates estos problemas. Ello te ayudará a controlar la ira de una forma más saludable hasta poder controlarla de forma correcta.


Además, es importante hablar y conversar sobre lo que nos ha ocurrido con alguna persona cercana o familiar. Ello nos puede ayudar puesto que tendrás el apoyo que necesitas en todo momento.


Cuando te sientas que estás a punto de estallar, hay que detenerse y comprometerse con tus pensamientos. Tenemos que redirigir la emoción e identificar lo que te ha molestado. Es aconsejable contar hasta 10 cuando sientas que estás alcanzando tu pico de ira. Puedes realizar esta táctica mientras das un paseo o haces alguna actividad. Contar hasta diez es una vieja táctica que resulta muy útil para cualquier persona de cualquier edad.

¿Qué pasa después de un ataque de ira?

Después de un ataque de ira, puede sentirse emocionalmente agotado, avergonzado o arrepentido por sus acciones. Algunas personas pueden sentirse confundidas o desorientadas, y otras pueden experimentar una sensación de alivio después de haber liberado sus emociones.

Es común que las personas experimenten una disminución en la energía y una sensación de cansancio físico después de un ataque de ira intenso. Además, pueden tener dolores de cabeza, dolores musculares y otros síntomas físicos asociados con el estrés y la tensión.

Después de un ataque de ira, es importante tomarse el tiempo para relajarse y recuperarse emocionalmente. Esto puede incluir actividades como la meditación, la respiración profunda, la actividad física moderada y el tiempo de inactividad para ayudar a calmar la mente y el cuerpo. Si los ataques de ira son frecuentes o afectan negativamente su vida cotidiana, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para trabajar en estrategias para controlar mejor la ira y prevenir futuros ataques.

Como detectar un ataque de ira

Detectar un ataque de ira puede ser clave para prevenir consecuencias negativas. Algunas señales de que una persona puede estar experimentando un ataque de ira incluyen cambios en su tono de voz o en su expresión facial, respiración rápida o superficial, aumento de la tensión muscular y movimientos bruscos o agitados.

También puede haber un aumento en la agresividad verbal o física, como gritar, insultar, lanzar objetos o golpear superficies cercanas. La persona también puede parecer desorientada, confundida o incapaz de controlar los ataques de ira.

Otras formas de detectarlo son:

  • Cambios en la conducta: La persona puede empezar a alejarse de los demás o puede evitar situaciones sociales en las que normalmente participaría. También puede ser menos capaz de concentrarse o de seguir instrucciones.
  • Comportamiento destructivo: La persona puede dañar objetos, lanzar cosas, golpear superficies o incluso ser físicamente violenta con otras personas.
  • Cambios en el estado de ánimo: La persona puede parecer más irritable, ansiosa o deprimida de lo normal. También puede ser más propensa a cambios de humor repentinos o a reacciones exageradas a situaciones estresantes.
  • Problemas de sueño: La persona puede tener dificultades para dormir o para mantener un horario regular de sueño.
  • Consumo de sustancias: La persona puede recurrir al alcohol, las drogas u otras sustancias para tratar de controlar su ira o para escapar de sus emociones.

Es importante recordar que no todas las personas que experimentan un ataque de ira mostrarán todos estos signos. Algunas personas pueden parecer tranquilas o retraídas antes de un ataque de ira, mientras que otras pueden ser más propensas a comportamientos destructivos o agresivos.

Si nota estos signos en alguien, es importante tratar de mantener la calma y brindar apoyo y asistencia si es posible. Puede ser útil intentar tranquilizar a la persona y ayudarla a encontrar formas de manejar la situación de manera efectiva.

Solicita ayuda psicológica.

La vida te ofrece muchas situaciones diferentes cada día y hay que enfrentarse a ellas. Si no sabes controlar estos problemas de forma correcta es posible que necesites ayuda psicológica. Así que no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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