El suicidio es el acto deliberado de quitarse la vida a uno mismo. Constituye en cada caso una tragedia que afecta a los individuos, sus familias y allegados y a las sociedades, teniendo consecuencias duraderas en las personas más cercanas a la persona que comete el suicidio o la tentativa de suicidio.
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Las cifras sobre suicidios
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente cada 40 segundos una persona en el mundo muere por esta causa. Se estima que cerca de 800.000 personas se suicidan cada año, llegando a ser la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años en todo el mundo. Pero es importante destacar que por cada suicido existen muchas más tentativas de suicidio cada año. Lo cual aumenta exponencialmente el impacto de este en la sociedad.
Por lo general la tendencia indica que, por cada mujer que se suicida, más del doble de hombres lo hace. Esto, aun así, no quiere decir que la conducta suicida sea un problema más acentuado en hombres que en mujeres. Ya que diversos estudios muestran como, teniendo en cuenta también las tentativas de suicidio, las tasas se mantienen más o menos iguales para ambos géneros. La principal diferencia es que mientras que las mujeres realizan tentativas de suicido que tienen más posibilidades de fracasar (como la sobredosis de medicamentos), los hombres tendencialmente eligen métodos violentos con menos posibilidades de supervivencia (como ahorcarse o tirarse de un lugar elevado).
El suicidio
Es importante señalar que la conducta suicida, como hemos visto, no se trata únicamente del hecho de realizar una inmolación consumada, sino que esta conducta hace referencia a muchos aspectos, como son:
– Ideación suicida:
Es el acto de tener pensamientos de muerte, deseo de no existir o de suicidarse, los cuales dependiendo de su gravedad se clasifican en «sin intencionalidad suicida» o «Con alguna intencionalidad suicida».
– Comunicación suicida:
Se refiere a la expresión, de forma verbal o no verbal, consciente o inconsciente, de que se ha tenido o se tiene el deseo o la idea de morir. Esto independientemente de que exista o no una verdadera intención de quitarse la vida. Dentro de este concepto se pueden distinguir dos tipos: la amenaza suicida y el plan de suicidio. La amenaza suicida consiste en comunicar a otra persona o a un grupo la intención de acabar con la propia vida en un plazo breve de tiempo, con el fin de obtener una respuesta o una ayuda. El plan de suicidio implica diseñar y proponer un método específico y concreto para llevar a cabo el acto suicida. Esto indica un mayor riesgo y una mayor determinación. Ambas formas de comunicación suicida deben ser tomadas en serio y atendidas adecuadamente por los profesionales de la salud mental.
– Conducta suicida:
Es el acto de provocarse daño a sí mismo con la finalidad de terminar con la propia existencia o de conseguir algún objetivo mediante la apariencia de querer morir. Dentro de este fenómeno se pueden englobar diferentes formas de conducta suicida, tales como:
- Autolesión o gesto suicida: se trata de una conducta que puede producir heridas o lesiones en el propio cuerpo, pero que se realiza sin la intención real de quitarse la vida, sino que se utiliza la simulación de querer morir para lograr algún propósito, como llamar la atención, manipular a otros o expresar malestar.
- Conducta suicida no determinada: se refiere a una conducta que implica hacerse daño a sí mismo, pero que presenta un nivel intermedio de intencionalidad suicida, es decir, que no se tiene claro si se quiere o no morir.
- Intento de autoeliminación: es una conducta que tiene como objetivo causar la propia muerte de forma deliberada, pero que por algún motivo (fallo del método elegido, intervención de terceros, arrepentimiento, etc.) no resulta en el fallecimiento de la persona.
- Suicidio: es la muerte autoinfligida en la que se comprueba que la persona tenía el propósito de provocar su propio deceso.
Factores de riesgo que indican una posible conducta suicida
Son muchos los factores de riesgo que nos puedan indicar que una persona podría estar pensando o que vaya a cometer un suicidio, pero más del 90% de los casos de suicidio responden a uno o vario de estos factores de riesgo. Los más relevantes son:
- Intento previo de muerte
- La presencia de algún trastorno mental, especialmente Depresión, Trastorno bipolar, Esquizofrenia, Trastornos de la conducta alimentaria (como Anorexia o Bulimia) y abuso de alcohol o otras sustancias.
- Otros factores psicológicos de la persona como impulsividad, desesperanza o rigidez, perfeccionismo o baja autoestima.
- Género, los hombres presentan más casos de suicidio consumado y las mujeres más tentativas fallidas.
- Enfermedad física grave o discapacidad
- Que un familiar cercano se haya suicidado
- Factores vitales estresantes, traumas del pasado, historial de abuso, situación económica actual, acoso escolar o en el trabajo, etc.
- Fácil acceso a medios para cometer el suicidio (armas, medicamentos, productos tóxicos, etc.
Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de suicidio están buscando alivio a:
- Sentirse avergonzados, culpables o una carga para los demás
- Sentirse como víctimas
- Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad
Factores de protección
Además de la ausencia de los factores de riesgo anteriormente mencionados, se consideran factores de protección relevantes en la prevención del suicidio los siguientes:
- Factores psicológicos como habilidad en resolución de conflictos, autoestima, confianza en uno mismo, flexibilidad cognitiva, etc.
- Tener hijos, sobretodo en el caso de las mujeres.
- Tener una fuerte red de apoyos familiares y sociales
- Integración social
- Pertenecer a una religión o dar importancia a creencias, espiritualidad o valores positivos.
¿Qué hacer en el caso de haber sufrido una tentativa de suicidio propia o el suicidio de una persona cercana?
Toda situación de suicidio es producida o causa una situación de drama personal para la persona que lo comete, para todo aquel que tiene una tentativa de suicidio y sobrevive o para las personas más cercanas que han perdido un ser querido, los supervivientes, y es precisamente en estas circunstancias que se revela la importancia de saber gestionar las emociones y el duelo que genera.
No es fácil tratar estos temas, lo sabemos, pero eso no significa que no existan formas de ayudar a los supervivientes a afrontar este duelo, este trauma que muchas veces se da, mediante terapia psicológica o grupos de apoyo para personas en duelo por suicidio.
¿Es cierto que leer sobre el suicidio o ver noticias puede influenciar a posibles suicidas?
Si, se ha demostrado por distintos estudios que el observar en medios de comunicación noticias acerca de casos de suicidio influencia en las personas más vulnerables y puede ser un factor determinante en que una persona cometa una tentativa de suicidio. Así, los medios de comunicación son un factor muy a tener en cuenta de cara a la prevención, no tanto en cuanto se busque enmascarar o tratar como tabú el tema del suicidio, sino en cuanto lo sepan tratar adecuadamente alejándose de noticias sensacionalistas y evitando los aspectos que más puedan influenciar, pasando así de un factor de riesgo a un medio que promueva la prevención del suicidio.
La OMS ha hecho toda una serie de recomendaciones sobre qué hacer y que no al tratar noticias acerca de casos de suicidios o con contenido relativo al suicidio, algunos de las cuales son:
- No tratar el suicidio de manera sensacionalista
- Evitar el uso del término suicidio en los titulares
- No aportar fotografías cruentas del suceso
- Evitar aportar detalles como las notas de suicidio dejadas o acerca del medio por el cual se ha cometido el suicidio, ni sobre el lugar.
- No culpabilizar a la victima
- Tampoco glorificar o justificar a la víctima, o exponer la conducta suicida como algo comprensible, normal o justificado.
- No presentar el suicidio como una solución a los problemas ni como una manera de afrontarlos.
- Resaltar las alternativas del suicidio, o aportar recursos como líneas telefónicas de prevención del suicidio.
Con todo esto lo que se busca es precisamente el minimizar el efecto de influencia que tienen los medios de comunicación acerca este tema, siempre evitando el estigmatizar o crear un tabú de la conducta suicida. El objetivo será el de tratar los hechos de manera que quien los lea pueda obtener una información actual y fiable de lo que pasó y, al mismo tiempo, que esta información sirva a modo de prevención de imitar esta conducta.
IMPACTOS PSICOLÓGICO Y SOCIAL DEL SUICIDIO
El suicidio tiene un impacto significativo tanto a nivel psicológico como social. A continuación, se describen algunos aspectos del impacto en ambas esferas:
Impacto psicológico:
- Supervivientes y familiares: Los familiares y amigos cercanos de una persona que ha fallecido por suicidio pueden experimentar una amplia gama de respuestas emocionales, como shock, culpa, ira, tristeza y confusión. Pueden enfrentar dificultades para comprender y aceptar la muerte, y pueden experimentar un proceso complicado de duelo.
- Sentimientos de culpa y autorreproche: Las personas que han perdido a alguien por suicidio a menudo se cuestionan si podrían haber hecho algo para prevenirlo. Pueden sentir una carga de culpabilidad y autorreproche, incluso cuando no tenían control sobre la situación.
- Trauma emocional: El suicidio de un ser querido puede provocar un trauma emocional duradero en los supervivientes. Pueden experimentar síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), como recuerdos intrusivos, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas y alteraciones en el estado de ánimo.
- Riesgo de suicidio en los sobrevivientes: Los sobrevivientes del suicidio, especialmente aquellos que tienen una relación cercana con la persona fallecida, pueden estar en mayor riesgo de suicidio ellos mismos. El duelo complicado y la carga emocional pueden contribuir a la aparición de ideación suicida.
Impacto social:
- Estigma y tabú: El suicidio a menudo está rodeado de estigma y tabú en muchas sociedades. Esto puede llevar a la falta de diálogo abierto sobre el tema, dificultando la prevención y la búsqueda de ayuda por parte de las personas en riesgo.
- Impacto en la comunidad: El suicidio puede tener un impacto profundo en la comunidad en la que ocurre. Puede generar miedo, tristeza y conmoción en el entorno social y afectar la percepción de seguridad y bienestar de las personas.
- Efecto contagio: Existe evidencia de que el suicidio puede tener un efecto de imitación, especialmente cuando se informa de manera sensacionalista o se presenta de forma glamorosa en los medios de comunicación. Esto puede llevar a un aumento en los casos de suicidio en la comunidad.
- Necesidad de apoyo y prevención: El impacto del suicidio resalta la importancia de brindar apoyo y recursos adecuados a las personas en riesgo y a los sobrevivientes. Es esencial contar con programas de prevención y servicios de salud mental accesibles para abordar los factores de riesgo y apoyar a quienes han sido afectados.
Es fundamental abordar el impacto psicológico y social del suicidio con enfoques de prevención, educación, sensibilización y apoyo adecuados para promover la salud mental y reducir la carga de la tragedia del suicidio en las comunidades.
PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Estrategias de prevención a nivel individual:
Las estrategias de prevención del suicidio a nivel individual pueden ser eficaces para identificar y abordar los factores de riesgo y promover la salud mental. A continuación, se presentan algunas estrategias importantes:
- Conciencia y educación: Es fundamental que las personas tengan conocimientos sobre los signos de advertencia del suicidio y sepan cómo buscar ayuda. La educación en la comunidad y en entornos educativos puede aumentar la conciencia sobre el suicidio y reducir el estigma asociado.
- Promoción de la salud mental: Fomentar estilos de vida saludables que promuevan el bienestar emocional y mental. Esto incluye una alimentación equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y técnicas de manejo del estrés, como la relajación y la meditación.
- Fortalecimiento de la resiliencia: Desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y resiliencia para hacer frente a situaciones estresantes y superar los desafíos de la vida. Esto puede incluir estrategias de resolución de problemas, establecimiento de metas realistas y fortalecimiento de la autoestima.
• Fomento de la comunicación abierta: Promover un entorno en el que se fomente la comunicación abierta y sin juicio sobre los problemas emocionales y el suicidio. Animar a las personas a hablar sobre sus sentimientos y buscar apoyo cuando lo necesiten.
- Identificación y apoyo tempranos: Estar atento a los cambios de comportamiento y emocionales en familiares, amigos y seres queridos. Si se observan signos de depresión, aislamiento social, cambios drásticos en el estado de ánimo o ideación suicida, es importante ofrecer apoyo y alentar a la persona a buscar ayuda profesional.
- Acceso a recursos de ayuda: Proporcionar información y acceso a recursos de ayuda, como líneas de ayuda telefónicas, servicios de salud mental y programas de intervención en crisis. Es fundamental que las personas sepan dónde acudir en caso de emergencia y que los servicios de ayuda sean accesibles y efectivos.
- Seguimiento y apoyo continuo: Para las personas que han experimentado intentos de suicidio o ideación suicida, es importante brindar seguimiento y apoyo continuo. Esto puede incluir terapia individual o grupal, medicación, participación en programas de apoyo y conexión con redes de apoyo social.
- Es crucial recordar que la prevención del suicidio es un enfoque integral que involucra a diferentes sectores de la sociedad, incluidos los individuos, las comunidades, los proveedores de atención médica y los responsables de políticas. La combinación de estrategias de prevención a nivel individual y a nivel comunitario puede ser más efectiva en la reducción de la incidencia del suicidio.
Programas de prevención a nivel comunitario
Los programas de prevención del suicidio a nivel comunitario desempeñan un papel crucial en la identificación temprana, la intervención y el apoyo a las personas en riesgo. Estos programas tienen como objetivo abordar los factores de riesgo a nivel comunitario y promover la salud mental en general. A continuación, se presentan algunas estrategias comunes utilizadas en los programas de prevención a nivel comunitario:
- Sensibilización y educación: Los programas de prevención del suicidio a menudo se centran en crear conciencia sobre el suicidio, reducir el estigma y educar a la comunidad sobre los factores de riesgo, los signos de advertencia y las acciones a tomar. Esto se puede lograr a través de campañas de sensibilización, charlas informativas, talleres y actividades de divulgación en escuelas, lugares de trabajo y otros entornos comunitarios.
- Formación de gatekeepers: Los gatekeepers son personas que están en una posición para detectar las señales de advertencia del suicidio y responder adecuadamente. Los programas de prevención pueden ofrecer capacitación a profesionales de la salud, maestros, líderes comunitarios y otros individuos clave para que puedan identificar y derivar adecuadamente a personas en riesgo a los servicios de apoyo y tratamiento adecuados.
- Intervención en crisis: Los programas de prevención pueden establecer líneas de ayuda telefónicas y servicios de intervención en crisis que estén disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Estos servicios brindan apoyo emocional, información, orientación y derivación a personas en crisis y pueden ayudar a prevenir el suicidio.
• Promoción de entornos seguros: Los programas de prevención trabajan para crear entornos seguros y protectores en la comunidad. Esto puede incluir la implementación de políticas y prácticas de prevención del suicidio en escuelas, lugares de trabajo y otros entornos comunitarios. También pueden promover la seguridad en la comunidad, como la restricción del acceso a medios letales y la implementación de medidas de prevención de la intoxicación por sustancias.
- Colaboración intersectorial: Los programas de prevención del suicidio a menudo involucran la colaboración entre diferentes sectores, como salud, educación, servicios sociales y organizaciones comunitarias. Esta colaboración facilita el intercambio de recursos, la coordinación de servicios y el desarrollo de enfoques integrales de prevención.
- Apoyo postvención: Los programas de prevención también se centran en brindar apoyo a largo plazo a los sobrevivientes del suicidio y a las personas afectadas por el suicidio en la comunidad. Esto puede incluir grupos de apoyo, servicios de asesoramiento, actividades conmemorativas y el establecimiento de redes de apoyo social.
Papel de los profesionales de la salud en la prevención del suicidio
Los profesionales de la salud desempeñan un papel crucial en la prevención del suicidio debido a su experiencia en la identificación de factores de riesgo, evaluación de la salud mental y provisión de intervenciones adecuadas. A continuación se presentan algunas formas en las que los profesionales de la salud pueden contribuir a la prevención del suicidio:
- Detección y evaluación de riesgo: Los profesionales de la salud, como médicos, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, pueden desempeñar un papel importante en la detección temprana del riesgo de suicidio. Mediante la evaluación de la salud mental, la detección de signos de advertencia, la exploración de ideación suicida y la evaluación de los factores de riesgo, pueden identificar a las personas en riesgo y determinar la gravedad de la situación.
- Tratamiento y terapia: Los profesionales de la salud mental están capacitados para proporcionar tratamiento y terapia a las personas en riesgo de suicidio. Pueden utilizar enfoques terapéuticos, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de apoyo y la terapia dialectical conductual, para abordar los problemas subyacentes, promover el cambio y reducir el riesgo de suicidio.
- Gestión de crisis: Los profesionales de la salud están preparados para manejar situaciones de crisis y proporcionar apoyo inmediato a las personas que presentan riesgo inmediato de suicidio. Pueden intervenir en situaciones de crisis, brindar apoyo emocional, establecer un plan de seguridad y derivar a servicios de emergencia cuando sea necesario.
• Educación y sensibilización: Los profesionales de la salud pueden desempeñar un papel importante en la educación y sensibilización sobre el suicidio. Pueden impartir capacitaciones a otros profesionales de la salud, educadores, líderes comunitarios y miembros de la comunidad para aumentar la conciencia sobre los factores de riesgo, los signos de advertencia y las estrategias de prevención.
- Colaboración interdisciplinaria: Los profesionales de la salud trabajan en colaboración con otros profesionales, como médicos de atención primaria, trabajadores sociales, enfermeras y profesionales de la salud mental, para abordar de manera integral las necesidades de las personas en riesgo de suicidio. La colaboración y el intercambio de información entre diferentes disciplinas son fundamentales para proporcionar una atención integral y coordinada.
- Seguimiento y apoyo continuo: Los profesionales de la salud pueden desempeñar un papel crucial en el seguimiento y apoyo continuo de las personas que han experimentado ideación suicida o intentos de suicidio. Proporcionar un seguimiento regular, evaluar el progreso, ajustar el tratamiento y brindar apoyo emocional son aspectos esenciales para prevenir la recaída y promover la recuperación.
Es importante destacar que la prevención del suicidio es un esfuerzo colectivo que requiere la colaboración de profesionales de la salud, organizaciones comunitarias, instituciones educativas y la sociedad en su conjunto.